Elegir porcellanato no se trata solo de gustos: es una decisión estratégica que define cómo se vivirá cada ambiente. El secreto está en combinar formato, textura y tonalidad según el uso y el estilo buscado.
Baños
En espacios reducidos, los tonos claros agrandan visualmente y los formatos grandes reducen la cantidad de juntas, aportando sensación de continuidad y facilitando el mantenimiento.
Cocinas
Aquí la resistencia y la limpieza son clave. Los tonos intermedios, como grises o beiges, disimulan mejor las manchas y el desgaste. Un formato rectangular colocado estilo “subway” en paredes, genera dinamismo y modernidad.
Dormitorios
Cada vez más diseñadores eligen porcellanato para dormitorios, combinando placas que imitan madera con textiles cálidos. Con esta fusión se logra una estética natural y relajada con las ventajas de un mantenimiento sencillo.
Piscinas y exteriores
El porcellanato con acabado TAAd de Cerro Negro es ideal porque ofrece seguridad antideslizante, incluso con agua, sin resignar estilo. Además, los colores inspirados en la piedra o el cemento se integran naturalmente al entorno, generando una mayor armonía visual.
Fachadas
El porcellanato es tendencia en exteriores: no solo embellece, también protege contra la intemperie. Los acabados con relieve dan un aspecto arquitectónico moderno y sofisticado.
En conclusión, el porcellanato perfecto es aquel que equilibra función y estética, adaptándose a cada ambiente. La clave está en pensar el concepto global del proyecto y elegir las piezas que lo hagan realidad.