Reformar un baño es un desafío que combina estética, funcionalidad y técnica. El porcellanato, por su versatilidad y resistencia, es el material que mejor responde a todas estas necesidades. Pero, ¿cómo encarar el proyecto de manera ordenada y sin sorpresas?
Paso 1: Inspirate con tendencias
Lo primero es buscar referencias. Hoy los baños ya no son espacios secundarios, sino lugares de relax y disfrute. Desde la tendencia spa con tonos claros y naturales, hasta estilos industriales con colores grises y acabados cementicios: hay un universo de posibilidades para explorar.
Paso 2: Probá tus ideas en el simulador de ambientes
Antes de decidirte, podés jugar con el simulador de ambientes de Cerro Negro. Es una herramienta práctica que te permite ver cómo quedará tu baño con distintos revestimientos y combinaciones, evitando errores y ganando seguridad en tu elección.
Paso 3: Visita el showroom
Una vez definida la idea, la visita al showroom es clave. Ver y tocar las piezas cambia completamente la percepción: ahí es donde podés comparar brillos, tonalidades y texturas. Además, contar con asesoramiento especializado en ese momento te asegura que el proyecto avance en la dirección correcta.
Paso 4: Elegí un colocador profesional
La colocación del porcellanato requiere experiencia. Un profesional especializado garantiza nivelación perfecta, juntas homogéneas y un acabado prolijo que marcará la diferencia en tu baño.
Paso 5: Post-obra y mantenimiento
Luego de la obra, la limpieza final es fundamental para que el porcellanato brille en todo su esplendor. Y a futuro, el mantenimiento es simple: basta con productos neutros para que tu baño se mantenga impecable durante años.
Baños con porcellanato: funcionalidad + estética
Reformar un baño con porcellanato es, en definitiva, una inversión en calidad de vida. Combinás durabilidad y fácil mantenimiento con diseño de vanguardia. Y si sos arquitecto, es la manera perfecta de entregar un proyecto que no solo luzca bien, sino que también resista el paso del tiempo.